jueves, 30 de mayo de 2013

La poderosa atracción del Everest



La poderosa atracción del Everest 60 años después del primer ascenso.



El Everest siempre ha sido un reto para los humanos. La semana pasada, Yuichiro Miura, japonés, con 80 años de edad, hizo cumbre.

Deporteslapatria.com- Jueves, Mayo 30, 2013



Manesh Shrestha

EFE
LA PATRIA
Katmandú



En el sesenta aniversario del primer ascenso al Everest por el neozelandés Sir Edmund Hillary y el nepalí Tenzing Norgay Shera, un récord de 500 personas subieron este mes al techo del globo.

Desde los años veinte hasta los ochenta del siglo pasado, las expediciones que intentaban alcanzar el pico de 8.848 metros estaban integradas por curtidos montañeros, pero ahora parece al alcance de cualquier persona que tenga dinero y suficiente voluntad.

Sin ir más lejos, en lo que va de año han logrado la hazaña un japonés de 80 años de edad, un canadiense sin manos, una india con una pierna y una actriz nepalí, entre otros. Un mexicano ascendió incluso la montaña por la cara norte y por la sur en el mismo mes, algo que nunca antes se había hecho.



Sabe del tema

Según Elizabeth Hawley, que lleva el recuento de todas las expediciones que han subido a los Himalayas nepalíes en el último medio siglo, las expediciones comerciales se dispararon en la década de 1990.

"Estos días la gente sube el Everest en lugar de ir de crucero. Si ayuda a sus comunidades y a su ego... ¿Por qué no?", afirma a Efe la octogenaria registradora.

Gran parte del éxito no sería posible sin la ayuda de los famosos sherpas nepalíes, que pertenecen a un grupo étnico que vive en las sombras del Everest.

Ellos son quienes cargan las grandes cantidades de materiales, montan y desmontan las tiendas y, en ocasiones, arrastran literalmente a aquellos que quieren escalar la montaña.

"Muéstrame a alguien que quiera ascender el Everest y veremos qué hacer", dice a Efe Pemba Doryi, que el mes pasado ató a un hombre sin manos a su cuerpo para ayudarlo a subir hasta la cima.

Situado en la frontera entre Nepal y China, hasta finales de los setenta todos los ascensos se iniciaban desde el primer país, puesto que Pekín no abrió la montaña a alpinistas foráneos pese a que ciudadanos chinos sí que lo escalaron entre 1960 y 1975.

Pero todavía hoy en día la mayor parte de los montañeros lo suben desde la parte nepalí aunque resulte más caro.

"Los chinos abren la montaña a partir de abril y entonces es muy tarde para aclimatarse. Además, las operaciones de rescate son más fáciles en Nepal", argumenta Ang Thesring, de Asia Trekking, una de las mayores compañías organizadoras de rutas en Nepal.







Lo que viene

Algunos puristas están en contra de las expediciones comerciales y el Gobierno nepalí ha sido acusado de permitir que demasiada gente coincida al mismo tiempo en la montaña, lo que crea atascos y muertes, pero las autoridades no tienen la misma percepción.

"Los accidentes ocurren debido a varios factores como el tiempo, la enfermedad y la inexperiencia de los alpinistas. Hay mucha gente que no debería ir a la montaña", alega a Efe Dipendra Poudel, miembro del departamento gubernamental de montañismo.

El Gobierno está estudiando de hecho aprobar una legislación que solo permita escalar el Everest a gente que haya subido anteriormente un pico de al menos 7.000 metros de altura, aunque no todo el mundo está convencido de que esta sea una buena idea.

"Lo más importante es que la gente vaya con los acompañantes adecuados, que tenga recursos y experiencia en rescates médicos", defiende Ben Jones, un guía de montaña de una compañía estadounidense que organiza expediciones por todo el mundo.

El año pasado los atascos causaron varias muertes, lo que ha llevado a las autoridades a trabajar conjuntamente con la Asociación de Operadores de Expediciones para garantizar la seguridad en el Hillary Step, la estrecha cara rocosa que precede a la cumbre.

"Es importante que la montaña esté limpia. Este año el campo base estaba más limpio que cuando subí al Everest por primera vez en 1992", razona a Efe el célebre alpinista italiano Simone Moro.

"Solo las rutas norte y sureste están abarrotadas. Pocos suben otras rutas como la occidental, la suroccidental y la oriental", agrega.

Moro explicó que él mismo se disponía a ascender por la parte suroccidental este año antes de que se viera obligado a abandonar debido a una riña con un grupo de sherpas.





Nelson y Ana María, testigos

El Everest, a pesar de la distancia y la magnitud, no es desconocido para Caldas, pues dos de sus hijos pararon en su cima: Ana María Giraldo y Nelson Cardona.

Ana María dice que el haber subido al llamado Techo del Planeta en el 2007 le cambió la forma de ver la vida: "me enriqueció y me ayudó a identificar muchas cosas", dice "Anita", quien caminó por la ruta norte, más complicada que la sur, por los obstáculos naturales que posee.

Justo ayer, Giraldo recordaba que hace seis años logró la hazaña: "ese logro me abrió las puertas. Hoy pienso que fue un logro muy grande y, que como lo dicen las estadísticas, cualquiera no lo hace".

El 29 de mayo de 2010, Nelson Cardona se paró también en la cima del Everest. Y lo hizo por tercera ocasión, pero con una condición especial: llegó caminando con una prótesis en su pierna derecha, la que perdió en un accidente en el Parque Nacional Los Nevados

Antes lo intentó sin éxito en 1997 y 2001: "pero subí y pude ver el infinito y los abismos del Himalaya. El esfuerzo físico y todo lo que lo rodean, lo hacen único".





Récords

El sherpa nepalí Phurba Tashi alcanzó por vigésima primera vez la cima del Everest e igualó el récord de coronaciones de la montaña más alta del planeta.

Tashi, de 41 años de edad y que el pasado 10 de mayo ya había hecho otro ascenso con un grupo de escaladores, se ha situado de esta manera al mismo nivel que su compatriota Apa Sherpa, quien tenía en solitario la marca desde 2011.





Cifras

* Cada montañista que escala el Everest proporciona empleo directo o indirectamente a 10 o 15 personas.

* 10.000 dólares se deben pagar al Gobierno nepalí por subir el pico más alto del mundo.

* El año pasado, el país himalayo recaudó 3,2 millones de dólares gracias a esta tasa.



60 años después del primer ascenso.